La ciencia ficción descubrió la telepresencia hace muchos años. El ejemplo más conocido es la película Avatar de James Cameron, en la que un marine parapléjico participa en un proyecto científico que transporta su mente a unos cuerpos artificiales de Pandora, una luna del planeta Polifemo.
Llevar a la práctica esta idea ficticia de telepresencia ya es posible. Un ejemplo es el proyecto que se lleva a cabo en el Instituto Universitario de Ciencias y Tecnologías Cibernéticas (Iuctc) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.